La portada digital de la edición de Hollywood de Vanity Fair presenta una lista de las estrellas más candentes de la temporada. Pedro Pascal y Colman Domingo desfilan en la pantalla luciendo elegantes esmóquines, conversando sobre leer el National Enquirer. Jodie Comer destaca en oro junto a Lily Gladstone, impresionante en un traje propio. Y al final de la alineación de 11 personas se encuentra Barry Keoghan, desnudo y sonriendo a la cámara.
Tendencias
El guiño a su fluida escena de baile de cierre en Saltburn, ambientada con la canción “Murder on the Dancefloor” de Sophie Ellis-Bextor, también representa la vulnerabilidad a la que el actor se ha visto obligado a enfrentar en su nueva posición en el centro de atención. Keoghan compartió que todo lo que realmente quiere hacer es sumergirse en sus roles en la pantalla y trabajar con grandes cineastas. Sin embargo, la realidad es un poco más complicada.
A sus 31 años, Keoghan admite que le encanta bailar desnudo en casa y actuar de manera graciosa cuando está solo. A pesar de la atención y los comentarios del público, el actor se muestra maduro en su enfoque hacia su oficio y está dispuesto a aceptar lo que la gente tenga que decir sobre su trabajo.
El compañero de Keoghan en Saltburn, Jacob Elordi, ha tenido una experiencia similar al ser seguido por su personaje tras la viralidad de la película. Una escena en particular que conecta a sus dos personajes a través del consumo unidireccional de fluidos corporales dejados en una bañera ha atormentado a Elordi. Afortunadamente, Keoghan y Elordi pudieron experimentar juntos la locura que rodea la fama repentina.