El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha admitido que es sabio cambiar de opinión en relación al creciente papel del Ejército en tareas más allá de la seguridad pública y al aumento de su presupuesto durante su Gobierno. Durante una conferencia matutina, se le cuestionó sobre una investigación de Bloomberg que reveló que las Fuerzas Armadas de México gastaron casi un 30% más de su asignación presupuestaria original y cómo se utilizaron estos recursos para proyectos de infraestructura. Aunque negó haber prometido devolver al Ejército a sus cuarteles, López Obrador justificó que en política, a veces, lo que importan son los resultados.

El presidente mexicano respondió a los cuestionamientos sobre la investigación de Bloomberg, que mostró que el presupuesto de las Fuerzas Armadas ha aumentado en un 150% desde que asumió el cargo en diciembre de 2018. Además, el Ejército gastó en otros rubros, como el Tren Maya, la aerolínea Mexicana y ampliaciones de la presencia militar en el país, sin la aprobación del Congreso. Esto contrasta con el discurso de López Obrador durante la presidencia de Felipe Calderón, cuando afirmó que el Ejército no era la solución para los problemas de inseguridad y violencia. Sin embargo, ahora el presidente defiende la importancia de las Fuerzas Armadas en su Gobierno, argumentando que son los pilares del Estado mexicano y han ayudado mucho.

Durante su mandato, las Fuerzas Armadas han participado tanto en tareas de seguridad pública como en la construcción de obras emblemáticas del presidente, como el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, la refinería Olmeca en Dos Bocas y el Tren Maya. Según reformas aprobadas por el Congreso mexicano en 2022, las Fuerzas Armadas apoyarán en labores de seguridad pública hasta 2028, mientras que la Guardia Nacional estará formada por el Ejército mexicano.

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