Chichén Itzá, uno de las nuevas siete maravillas del mundo, alberga en sus zonas arqueológicas a una manada de lomitos, perros que se han ido hecho de nombre como sus “guardianes”. Entre este grupo de canes estaba Duke, un perro de raza mestizo de pelaje marrón.
El custodio nocturno y su triste noticia
Duke, estaba bajo el cuidado de Antonio Keb Cetina, custodio nocturno del sitio arqueológico ubicado en el municipio de Tinúm, y el cual fue el encargado de dar la lamentable noticia en redes sociales la mañana del 22 de julio.
El legado de Duke
El custodio nocturno del sitio arqueológico, compartió aventuras y vivencias durante 14 años con el lomito, por lo que lamentó a través del mensaje su fallecimiento, además reconoció que “todos tenemos una misión y enseñanza”, encomienda con la que terminó Duke.
Antonio Keb Cetina, dijo en su mensaje que Duke siempre será recordado como un “excelente” guardián, ya que siempre fue animal de compañía, así como alegre y juguetón, quien a pesar de que ya tenía edad avanzada le gustaba hacer travesuras “como si fuera siempre un cachorrito”.
El recuerdo de Duke
No cabe duda que nuestro corazón es de quién se lo gana y Duke se ganó el corazón del custodio del ancestral zona arqueológica, así como de cada uno de los visitantes que lo conocieron, “Confío en volver a encontrarnos en esta o en otra vida”, escribió su cuidador.