Acapulco, Gro. Tras siete meses y ocho días navegando por los mares del mundo, el buque escuela Cuauhtémoc ha regresado triunfante al puerto de Acapulco. Este emblemático velero, que cuenta con una tripulación de 291 miembros, entre los que se encuentran 93 cadetes (69 hombres y 27 mujeres), ha completado una travesía que lo llevó a recorrer tres continentes y visitar nueve países, además de participar en la competencia internacional de veleros escuelas Tetera Boston 2024, donde obtuvieron el primer lugar en Australia.
Logros y experiencias en alta mar
Durante su travesía, el Cuauhtémoc navegó 1,170 millas náuticas en 124 horas de competencia, utilizando únicamente la fuerza del viento. El capitán Víctor Hugo Millán Pérez se mostró orgulloso de que su velero fuera reconocido como el más rápido del mundo en 2024, un testimonio del arduo trabajo y dedicación de toda la tripulación.
Emociones a flor de piel en el regreso
Los cadetes compartieron sus vivencias al regresar a México, donde muchos de ellos enfrentaron el desafío emocional de estar lejos de sus seres queridos durante 222 días. María Fernanda Gutiérrez expresó su alegría al reencontrarse con su madre, mientras que Raúl Castillo Fuentes recordó a su abuela, quien falleció antes de su viaje. Las historias de sacrificio y crecimiento personal marcaron este regreso, lleno de emociones intensas.
Bienvenida en el puerto de Acapulco
La llegada del Cuauhtémoc fue recibida con gran entusiasmo en la Marina-Armada de México, donde funcionarios y familiares esperaban ansiosos. El almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles dio la bienvenida a la tripulación y resaltó la importancia de su misión, que llevó un mensaje de paz y solidaridad al mundo. Los cadetes fueron animados a llevar consigo las lecciones aprendidas durante su travesía, que forjaron su carácter y patriotismo.
Puertos visitados durante la travesía
En su recorrido, el buque escuela visitó dos puertos en Estados Unidos, tres en Australia, y uno en Japón, Corea del Sur, Filipinas, Singapur, Indonesia, Nueva Zelanda y China. Además de los cadetes mexicanos, la tripulación incluyó marinos de países hermanos como Brasil, Guatemala y República Dominicana, enriqueciendo así la experiencia multicultural a bordo.