Uruguay se mantiene como el único país de América Latina que ha transformado oficialmente las celebraciones religiosas tradicionales, resultado de una reforma constitucional implementada en 1916 que estableció una clara separación entre Iglesia y Estado.
El Día de la Familia en lugar de la Navidad
El 25 de diciembre, fecha tradicionalmente asociada con la Navidad en el resto del continente, los uruguayos celebran el Día de la Familia, preservando el espíritu de reunión y convivencia familiar pero desde una perspectiva laica. Esta transformación se extiende a otras festividades del calendario religioso: el Día de Reyes se convirtió en el Día del Niño y la Semana Santa en Semana de Turismo.
La prohibición de símbolos religiosos en espacios públicos
Aunque las calles uruguayas se adornan con elementos festivos como árboles y luces durante la temporada, la normativa prohíbe la exhibición de símbolos religiosos como nacimientos en espacios públicos. Sin embargo, las familias mantienen la libertad de celebrar según sus creencias en la privacidad de sus hogares.
Compromiso con el laicismo institucional
Esta singular aproximación a las festividades refleja el compromiso del país con el laicismo institucional, mientras mantiene vivo el sentido de unión familiar que caracteriza a estas fechas en toda Latinoamérica.
Conclusión
Uruguay se destaca como un país que ha logrado mantener una clara separación entre Iglesia y Estado, transformando oficialmente las celebraciones religiosas tradicionales. Aunque se prohíbe la exhibición de símbolos religiosos en espacios públicos, las familias uruguayas conservan la libertad de celebrar según sus creencias en la privacidad de sus hogares. Este enfoque laico refleja el compromiso del país con el laicismo institucional, al tiempo que preserva el sentido de unión familiar que caracteriza a las festividades en toda Latinoamérica.