La reciente incursión de un avión militar estadounidense en el espacio aéreo mexicano ha desatado un intenso debate en el país. El incidente, ocurrido el 3 de febrero, involucra a un Boeing P-8A Poseidón que sobrevoló la región de Mazatlán sin la debida autorización de las autoridades mexicanas, lo que plantea interrogantes sobre la seguridad y la soberanía del espacio aéreo nacional.
Detalles del Incidente Aéreo
El vuelo del avión militar estadounidense se detectó en el Golfo de California, a una altitud de 32,525 pies, lo que representó un riesgo para el tráfico aéreo en esa zona. A pesar de que la Ley de Protección del Espacio Aéreo Mexicano establece que se debe activar un protocolo de interceptación para vuelos no autorizados, este no fue implementado en este caso, generando críticas hacia las autoridades mexicanas por su falta de acción ante la violación de su espacio aéreo.
Marco Legal y Protocolo de Interceptación
De acuerdo con la Ley de Aviación Civil, específicamente en su artículo 21, se establece que el Centro Nacional de Vigilancia y Protección del Espacio Aéreo (Cenavi) debe activar el procedimiento de interceptación cuando se detecta un vuelo no autorizado. En este caso, la aeronave no contaba con un plan de vuelo aprobado, lo que debería haber desencadenado una respuesta inmediata de las autoridades competentes, según lo estipulado en la normativa.
Motivos Detrás de la Vigilancia Aérea
El general Gregory Guillot, jefe del Comando Norte de EE.UU., admitió que estos vuelos de vigilancia tienen como objetivo recopilar información sobre las actividades de los cárteles mexicanos. La presidenta de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, ha señalado que este no es un caso aislado y ha solicitado al gobierno estadounidense más información sobre estas operaciones, resaltando la necesidad de una colaboración más estrecha para garantizar la seguridad en la frontera.