Corey Walker, uno de los cuatro acusados en relación con el asesinato del rapero Pop Smoke en 2020, ha sido condenado a 29 años de prisión. La sentencia se dictó el pasado 21 de febrero en un tribunal de Los Ángeles, después de que Walker se declarara culpable de homicidio involuntario y robo a mano armada con mejoras por pandilla.
El trágico asesinato de Pop Smoke
Pop Smoke, cuyo nombre real era Bashar Jackson, fue asesinado durante un robo a mano armada en una casa alquilada en Hollywood Hills en febrero de 2020, cuando solo tenía 20 años. Los acusados supuestamente ingresaron en la propiedad con la intención de robar su reloj de oro y cadena de eslabones cubanos, logrando sustraer el reloj, que luego se vendió por 2,000 dólares.
Sentencia y remordimiento
En el juicio, Walker mostró un profundo remordimiento y se disculpó con la familia de Pop Smoke, reconociendo que no hay disculpa que compense la pérdida de una vida. Originalmente enfrentaba una sentencia de cadena perpetua, pero aceptó un acuerdo de culpabilidad que redujo su condena a 29 años. Walker asumió la responsabilidad de sus acciones, aunque la fiscalía lo describió como el “cerebro” detrás del plan delictivo.
Otros implicados en el caso
En cuanto a los otros tres involucrados en el crimen, un joven de 19 años admitió haber disparado fatalmente a Pop Smoke y permanecerá en un centro de detención juvenil hasta cumplir 25 años. Otro cómplice, que era menor en el momento del crimen, fue sentenciado a cuatro años y dos meses en una instalación juvenil. El cuarto implicado, Keandre Rodgers, enfrenta una revisión de su caso, aunque inicialmente fue acusado de asesinato.