A partir del próximo 29 de marzo, las escuelas de México deberán despedirse de los refrescos y las papitas en sus recreos, en cumplimiento de la nueva prohibición de comida chatarra impulsada por el Gobierno Federal. Esta medida busca fomentar una alimentación saludable entre los estudiantes y se aplicará tanto en instituciones públicas como privadas, marcando un cambio significativo en la oferta alimentaria escolar.
Contexto de la Prohibición
Desde el año pasado, las secretarías de Salud y de Educación Pública han intensificado las restricciones para evitar la venta de alimentos con alto contenido de azúcares y grasas en todas las instituciones educativas del país. Aunque estas restricciones ya existían desde 2010, su cumplimiento ha sido deficiente en muchas escuelas. Con la publicación de los nuevos lineamientos en el Diario Oficial de la Federación, se establece un plazo de 180 días para que las 258,689 escuelas del Sistema Educativo Nacional se adapten a estas disposiciones.
Alimentos Prohibidos y Alternativas Saludables
Los centros escolares ya no podrán ofrecer productos ultraprocesados como refrescos, botanas fritas y otros snacks con sellos de advertencia. En su lugar, deberán priorizar alimentos naturales o mínimamente procesados, tales como frutas, verduras, y carnes magras. Además, se garantizará el acceso al agua potable para todos los estudiantes. La prohibición también incluye la venta de cafeína y cereales azucarados, así como la reducción de sal, azúcar y grasas saturadas en la preparación de alimentos.
Consecuencias por Incumplimiento
Para asegurar el cumplimiento de esta medida, el Gobierno de México ha establecido sanciones económicas que oscilan entre 10,900 y 109,000 pesos para las escuelas que no acaten la prohibición. Mario Delgado, secretario de Educación, ha afirmado que se capacitará a los responsables de las cooperativas escolares para que cumplan con las nuevas disposiciones. Esta acción se vuelve crucial en un país donde 1 de cada 4 niños padece sobrepeso y obesidad, y se estima que el 50% de los niños nacidos a partir de 2010 desarrollarán diabetes a lo largo de su vida.