En medio de la creciente presión del gobierno mexicano para cumplir con las exigencias de Donald Trump y evitar la imposición de aranceles del 25% a partir del 4 de marzo, líderes de un cártel mexicano han comenzado a tomar medidas drásticas. Según un informe de The New York Times, estos líderes están importando escáneres para detectar drones, aumentando su personal y adquiriendo armamento, lo que refleja un cambio en la dinámica del crimen organizado en el país.
La presión de Trump y su impacto en los cárteles
Los líderes del cártel han expresado su temor a ser detenidos o asesinados, un sentimiento que no se había experimentado en años. En sus declaraciones, afirmaron que están tomando precauciones debido a la amenaza de Trump de imponer aranceles a menos que México actúe decisivamente contra el tráfico de fentanilo y la migración. En respuesta, el gobierno mexicano ha desplegado 10 mil elementos de la Guardia Nacional para hacer frente a estas demandas.
Adaptaciones ante un nuevo escenario
Como resultado de la presión ejercida por las autoridades, algunos miembros del cártel han comenzado a vender propiedades y despedir personal, buscando compensar la disminución de ingresos por el comercio de fentanilo. Además, están invirtiendo en tecnología avanzada para detectar drones del gobierno estadounidense, lo que indica una adaptación a un entorno cada vez más hostil.
La demanda de fentanilo: un negocio inquebrantable
A pesar de las adversidades, un miembro de alto rango del cártel ha declarado que no se considera un terrorista, sino un empresario. “La demanda nunca se va a acabar. La adicción hace que la demanda no se acabe”, afirmó. Esta perspectiva revela la resiliencia del crimen organizado y su capacidad para adaptarse a las circunstancias, a pesar de la creciente presión gubernamental.