David Bowie, una de las figuras más icónicas de la música, tuvo un inicio poco conocido en su carrera con la banda The Manish Boys. Esta agrupación, que solo existió durante un breve periodo en 1965, fue el escenario donde Bowie debutó en la televisión y lanzó su segundo sencillo, ‘I pity the fool’, que contaba con un solo de guitarra del famoso Jimmy Page. A pesar de su corta trayectoria, la influencia de The Manish Boys en la vida de Bowie fue significativa y marcó el comienzo de su camino hacia la fama.
Los Inicios de David Bowie con The Manish Boys
Desde sus años de infancia, David Robert Jones, conocido más tarde como David Bowie, soñaba con ser artista, aspirando a emular a íconos como Mick Jagger. A los 15 años, ya había formado su primera banda, los Konrads, y a los 17 se unió a The Manish Boys, una banda que mezclaba blues, folk y soul, similar a otras agrupaciones de Londres en esa época. Aunque la banda se disolvió en 1965, su legado se mantiene vivo a través de la música de Bowie.
El Sencillo ‘I Pity the Fool’ y su Grabación
‘I pity the fool’ fue el segundo sencillo de Bowie, lanzado el 5 de marzo de 1965, y se grabó en los IBC Studios de Londres bajo la producción de Shel Talmy. Esta canción es una versión de un tema de Bobby ‘Blue’ Bland de 1961 y marcó la primera composición de Bowie acreditada como Davie Jones. Durante la grabación, Jimmy Page, quien ya era conocido como músico de sesión, contribuyó con un memorable solo de guitarra, lo que evidenció la calidad musical que rodeaba a Bowie en sus primeros pasos.
La Controversia de su Debut Televisivo
El 8 de marzo de 1965, Bowie hizo su debut en la televisión británica en el programa ‘Gadzooks! It’s All Happening’. Sin embargo, su actuación estuvo envuelta en controversia debido a una protesta previa en la que defendía a los hombres con el pelo largo. A pesar de la promoción y el interés generado, ‘I pity the fool’ no logró el éxito esperado, lo que llevó a Bowie a dejar The Manish Boys y buscar nuevas oportunidades con otra banda, los Lower Third. Este episodio es un recordatorio de cómo los inicios de Bowie, aunque breves, fueron fundamentales en su evolución como uno de los artistas más influyentes del siglo XX.