El CJNG se deslinda de acusaciones sobre el rancho Izaguirre
En un video difundido recientemente, supuestos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) han rechazado las acusaciones sobre la existencia de un campo de exterminio en el rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco. En la grabación, los presuntos sicarios cuestionan la veracidad de las denuncias realizadas por colectivos de búsqueda, afirmando que no han tenido control sobre el predio en cuestión en los últimos años. Estas declaraciones surgen tras el hallazgo de restos óseos y pertenencias que, según las organizaciones de búsqueda, pertenecen a víctimas de desapariciones en la región.
Rechazo a las denuncias sobre el rancho
El video de más de cuatro minutos muestra a integrantes del CJNG deslindándose de las acusaciones que han surgido a raíz de las investigaciones en el rancho Izaguirre, donde se encontraron aproximadamente 400 pares de zapatos y otros objetos personales. Un vocero del cártel sostiene que no hay evidencia de un campo de adiestramiento o crematorio clandestino en el lugar, calificando las afirmaciones de las madres buscadoras como “mentiras e historias inventadas”. Además, sostiene que el rancho fue asegurado por el Gobierno Federal en 2012, periodo en el cual el CJNG aún no dominaba la zona.
La historia detrás del rancho Izaguirre
Los habitantes de Teuchitlán han señalado que el CJNG despojó al propietario del rancho en 2012, amenazándolo para que cediera la propiedad. Testigos relatan que el dueño, conocido como Don Gerardo, fue forzado a vender su parcela tras una violenta incursión de hombres armados en su hogar, quienes amenazaron a su hija. Esta situación ha generado dudas sobre el verdadero control del rancho y la implicación del cártel en actividades delictivas en la región.
Contexto sobre el CJNG y su expansión en México
El Cártel Jalisco Nueva Generación ha crecido rápidamente desde su fundación en 2010, tras la muerte de Ignacio ‘Nacho’ Coronel, líder del Cártel de Sinaloa. Desde entonces, el CJNG ha establecido su dominio en diversas regiones de México, convirtiéndose en uno de los cárteles más poderosos del país. A pesar de las acusaciones y el escrutinio público, su influencia y operaciones continúan expandiéndose, lo que plantea serias preocupaciones sobre la seguridad y el control territorial en el país.