El rancho Izaguirre en Teuchitlán: un oscuro legado del CJNG
El rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, ha sido revelado como un campo de adiestramiento y exterminio del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Este jueves, el lugar, anteriormente conocido por su conexión con el crimen organizado, abrió sus puertas al público, generando un intenso debate sobre su historia y el impacto del narcotráfico en la región. La apertura del rancho ha sido criticada por grupos de búsqueda que han señalado que el lugar fue utilizado para sembrar el terror y la violencia entre la población.
Descubrimientos inquietantes en el rancho
El 5 de marzo, el colectivo Guerreras Buscadoras de Jalisco llevó a cabo una expedición en el rancho, donde encontraron restos óseos, ropa, objetos de aseo y cientos de zapatos. Estas evidencias apuntan a que el rancho no solo servía como un centro de adiestramiento para reclutar jóvenes, sino también como un lugar donde se llevaban a cabo actos de violencia extrema. Las activistas han denunciado que las víctimas eran sometidas a prácticas brutales, incluyendo el uso de armas y cuchillos, en un intento por infundir miedo y control en la comunidad.
El impacto del CJNG en la sociedad mexicana
La estrategia del CJNG ha sido clara: a través del terror y la violencia, buscan someter a la población y a las autoridades, creando un ambiente de silencio y complicidad. Este tipo de tácticas han dejado una huella imborrable en la sociedad mexicana, donde más de 120,000 personas han desaparecido en el contexto de la guerra contra el narcotráfico. La historia del rancho Izaguirre es solo un ejemplo de cómo el crimen organizado ha permeado en la vida cotidiana de los ciudadanos.
Avances en la búsqueda de desaparecidos
En respuesta a los hallazgos en el rancho, la Comisión Nacional de Búsqueda ha anunciado la implementación de nuevas tecnologías, como drones y georradares, en la zona. Esta medida busca facilitar la localización de más víctimas y proporcionar respuestas a las familias que aún esperan noticias de sus seres queridos. La lucha por la verdad y la justicia continúa, mientras los colectivos de búsqueda insisten en que el pasado del rancho Izaguirre no debe ser olvidado.