No hay nada como una taza de chocolate caliente para reconfortar el alma. Su aroma dulce, su textura cremosa y su sabor inconfundible lo convierten en una de las bebidas más queridas en todo el mundo. Ya sea en una fría mañana de invierno o como un descanso en medio del ajetreo diario, el chocolate tiene el poder de transportarnos a un momento de calma y felicidad.
Calidad del chocolate en el mercado mexicano
Sin embargo, no todo lo que parece chocolate es de la mejor calidad. Un estudio reciente de la Procuraduría Federal del Consumidor reveló qué marcas cumplen con los estándares de calidad y cuáles contienen más grasa de la permitida. Profeco evaluó 50 chocolates disponibles en el mercado mexicano, analizando su contenido de grasa, azúcar, edulcorantes y aporte calórico. Entre las marcas mejor calificadas se encuentra Selecto Brand, un producto que se ajusta a los estándares de calidad y es accesible para los consumidores, ya que un paquete de 540 gramos cuesta 79 pesos.
Marcas que no cumplen con los estándares de Profeco
Algunas marcas no cumplieron con los criterios establecidos por Profeco. Por ejemplo, Abuelita de Nestlé tiene menos producto del que indica en el empaque y no muestra el sello de “exceso de calorías”. Ibarra también presentó la misma situación. Además, varias marcas superaron el límite del 5% de grasa vegetal permitido, lo que implica un consumo mayor de calorías sin la debida advertencia a los consumidores. Estas son:
- Don Gustavo
- Moctezuma Casero
- Abuelita Original Nestlé
- Choco Tavo
- Ibarra
- Morelia Presidencial
Consumo de chocolate en México
El cacao ha sido valorado desde la época prehispánica como un regalo de los dioses. Según Statista, en 2022 había más de 52 mil hectáreas de cacao sembradas en México, principalmente en Chiapas, Guerrero y Tabasco. Ya en 2023, el consumo de chocolate siguió en aumento. Per cápita llegó a 5.9 kilos y la industria alcanzó una facturación superior a los 9 mil millones de dólares. Tomar chocolate no solo es un deleite para el paladar, sino también un ritual de bienestar. Un sorbo es suficiente para despertar los sentidos y evocar recuerdos entrañables. No importa la edad ni la estación del año, esta bebida nos recuerda que a veces, la felicidad se encuentra en los placeres más simples de la vida.