El próximo 29 de marzo entrará en vigor una nueva regulación que prohibirá la venta de comida chatarra en las escuelas de México. Esta medida, publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) en septiembre del año pasado, busca promover una alimentación más saludable entre los estudiantes, eliminando los productos ultraprocesados y fomentando opciones naturales y nutritivas.
Objetivos de la nueva regulación
Con esta reforma, las cooperativas escolares deberán ajustarse a estrictos lineamientos, priorizando alimentos frescos, locales y mínimamente procesados. La decisión responde a la creciente preocupación por la obesidad infantil en México, pues nuestro país ocupa uno de los primeros lugares en este problema a nivel mundial. Según la Secretaría de Salud, más del 35% de los niños y adolescentes padecen sobrepeso u obesidad, lo que incrementa el riesgo de enfermedades crónicas.
Productos prohibidos en las escuelas
De acuerdo con la modificación a la NOM-051-SCFI/SSA1-2010, los siguientes productos no podrán venderse en cooperativas escolares:
- Frutas y verduras enlatadas, en almíbar, fritas o con azúcar/sal añadida
- Cereales de caja con azúcares añadidos o edulcorantes
- Productos con grasas saturadas o aceites parcialmente hidrogenados como papas fritas, donas y pastelitos industrializados
- Bebidas azucaradas, con edulcorantes o cafeína
- Alimentos con exceso de azúcar, sal o aceites en su preparación
- Cualquier producto con sellos de advertencia (por exceso de calorías, sodio, grasas trans o azúcares).
Alternativas saludables permitidas
Las escuelas deberán ofrecer opciones más saludables, como:
- Frutas y verduras frescas (preferentemente crudas y con cáscara)
- Cereales integrales sin azúcar añadida
- Tubérculos naturales sin sal, grasa o endulzantes
- Leguminosas
- Carnes magras y cocinados al horno, asados o hervidos
- Lácteos bajos en grasa sin edulcorantes
- Agua natural como única bebida permitida
Esta medida no solo beneficiará la salud de los niños, sino que también impulsará el consumo de productos locales, apoyando a pequeños productores. La prohibición de la comida chatarra en las escuelas es un avance significativo en la lucha contra la obesidad infantil, formando generaciones más conscientes de su alimentación.