El mundo católico, así como millones de personas alrededor del mundo, recibieron el día de hoy lunes 21 de abril, la noticia del sensible fallecimiento del Papa Francisco a la edad de 88 años. Apenas unas horas después de su tradicional mensaje desde el balcón de la Basílica de San Pedro, el cardenal Kevin Joseph Farrell comunicó la dolorosa pérdida.

Resurgimiento de la Profecía de San Malaquías

En este contexto de duelo y reflexión, una antigua y enigmática profecía resurge con fuerza: la predicción atribuida a San Malaquías, que señala al Papa Francisco como el último sumo pontífice antes de la llegada del Juicio Final. ¿Estamos ante la posibilidad de un cambio trascendental para la Iglesia Católica y el mundo?

La Profecía de San Malaquías: Un Vínculo con el Futuro

La profecía de San Malaquías, un arzobispo irlandés del siglo XII, consiste en una serie de concisos lemas en latín que supuestamente describen a cada uno de los Papas desde su época hasta el fin de los tiempos. Estos lemas han sido objeto de fascinación y debate durante siglos, generando diversas interpretaciones sobre su significado y la precisión de sus predicciones. Dentro de esta lista, se menciona al último Papa como “Petrus Romanus” o “Pedro el Romano“, lo que ha intensificado las especulaciones sobre el cumplimiento de la profecía tras el deceso del Papa Francisco.

El Legado del Papa Francisco y el Juicio Final

La profecía de Malaquías no solo anticipa la figura del último Papa, sino que también la asocia con la llegada del Juicio Final, un evento que según la creencia cristiana, toda la humanidad será juzgada para determinar su destino eterno. Esta conexión ha generado inquietud y expectación entre creyentes y no creyentes, quienes se preguntan si la muerte de Francisco podría ser la señal del inicio de este trascendental período. Además, algunos expertos argumentan que el pontificado de Francisco se ajusta a la descripción de grandes tribulaciones, marcado por divisiones dentro de la Iglesia y crisis globales. Sin embargo, el Vaticano mantiene una postura cautelosa al respecto, recordando que estas profecías no son dogmas de fe y su autenticidad no está garantizada.

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