El 30 de abril de 1976, el famoso batería de The Who, Keith Moon, llevó sus travesuras a un nuevo nivel en Nueva York. Con un espíritu rebelde y una imaginación desbordante, decidió contratar a nueve taxistas, a quienes pagó 100 dólares cada uno, para que bloquearan ambos extremos de la calle donde se encontraba su hotel, el Navarro. Después de asegurarse de que nadie pudiera interrumpir su espectáculo, Moon se dedicó a arrojar todo el mobiliario de su habitación por la ventana, desatando un caos que resonaría en la historia del rock.
Las travesuras legendarias de Keith Moon
Las hazañas de Keith Moon son tan icónicas que hacen que otros músicos como Keith Richards, Jim Morrison y Ozzy Osbourne parezcan simples aficionados. Moon tenía una particular fijación con los hoteles, donde solía desatar su creatividad destructiva. Entre sus actos más notorios, se encontraban el destrozo de muebles y la preferencia por lanzar televisores por la ventana. Pero su comportamiento no se limitaba a su habitación; también irrumpía en las estancias de sus compañeros de banda, haciendo de las suyas con las cortinas y los muebles ajenos.
Un hombre que vivía al límite
La vida de Keith Moon se caracterizaba por una búsqueda constante de diversión y emoción. Tal como él mismo lo expresó en la biografía ‘Dear Boy: The Life of Keith Moon’, “Cuando tienes dinero y haces el tipo de cosas que yo hago, la gente se ríe y dice que eres excéntrico”, refiriéndose a su comportamiento como una forma educada de calificarlo de loco. Su amigo y compañero de banda, Roger Daltrey, lo describió como un hombre de locura y tristeza, con un talento increíble pero completamente incontrolable, que vivió su vida como una fantasía.
La fama y el legado de ‘Moon El Loco’
Keith Moon no solo fue conocido por su excepcional habilidad en la batería, sino también por su comportamiento errático que se convirtió en parte de su leyenda. Alice Cooper, otro ícono del rock, afirmó que “todo lo que has escuchado sobre Keith Moon es cierto… y solo has escuchado una décima parte”. A pesar de su trágica historia, Moon sigue siendo recordado como uno de los músicos más divertidos y complejos de su tiempo, un verdadero genio que dejó una huella imborrable en la historia del rock.