Colombia.- El mundo del entretenimiento colombiano está de luto por la partida de Kepa Amuchástegui, el entrañable actor que interpretó a Roberto Mendoza en la legendaria telenovela Yo soy Betty, la fea. A los 84 años, Amuchástegui falleció el 27 de mayo, dejando un legado artístico que se extendió por más de cinco décadas en televisión, teatro y cine.
La lucha de un artista
En los últimos años, el actor enfrentó una difícil batalla contra el cáncer de vejiga, una condición que deterioró su salud y lo llevó a depender de una nefrostomía permanente debido al compromiso de sus riñones. En abril, compartió con sus seguidores detalles sobre su diagnóstico y los tratamientos que intentó, como la inmunoterapia, después de descartar alternativas como cirugía, quimioterapia y radioterapia por los riesgos que implicaban. A pesar de su delicado estado, permaneció activo en redes sociales, mostrando una actitud serena y valiente frente a la adversidad.
El legado de Kepa Amuchástegui
Nacido el 9 de diciembre de 1941 en Bogotá, Amuchástegui comenzó su trayectoria artística después de abandonar sus estudios de arquitectura en la Universidad de los Andes. Viajó a Francia para formarse como actor y luego trabajó en la Royal Shakespeare Company en Londres. Su debut televisivo fue en 1983 con La Pezuña del Diablo, y desde entonces participó en más de 40 producciones, siendo su papel más emblemático el de Roberto Mendoza en Yo soy Betty, la fea, una producción que alcanzó fama internacional y fue reconocida en el Libro Guinness de los récords como la telenovela más exitosa de todos los tiempos. Amuchástegui falleció acompañado por su familia, en un ambiente de tranquilidad. Su hijo, Unai Amuchástegui, confirmó la noticia y agradeció las múltiples muestras de cariño recibidas de parte de colegas y fanáticos.
Homenajes en redes sociales
Las redes sociales se han inundado de mensajes de despedida y homenajes a su carrera. Jorge Enrique Abello, quien interpretó a su hijo en la novela, manifestó su tristeza y agradecimiento por todo lo que aprendió de él. Otros compañeros y admiradores han resaltado su talento, su voz característica y su entrega al arte. La muerte de Kepa Amuchástegui deja un gran vacío en la televisión colombiana, pero su legado como actor, director y libretista permanecerá vivo en la memoria de quienes disfrutaron su trabajo. Su vida fue un ejemplo de pasión por el arte, y su batalla contra la enfermedad reflejó su entereza y dignidad hasta el final.