La reciente elección judicial en México ha revelado una preocupante falta de conocimiento y participación entre los ciudadanos, independientemente de su edad o clase social. A medida que los votantes se acercaban a las casillas, la confusión reinaba, evidenciando que la información sobre el proceso electoral y sus implicaciones no había llegado de manera efectiva a la población.
La realidad en las casillas electorales
En la colonia Del Valle, un área que el expresidente Andrés Manuel López Obrador ha calificado como de “clase media”, se observó una escasa afluencia de votantes. A pesar de las lonas que invitaban a participar en la elección, el ambiente en las casillas era desolador. En la calle Fresas, por ejemplo, una casilla permanecía vacía, mientras que Héctor Vázquez, un escrutador, se encontraba allí para “observar el fraude electoral”, según sus propias palabras.
Votantes desinformados
La falta de información se hizo evidente en testimonios como el de Leilany, de 34 años, quien admitió no tener un conocimiento profundo del Poder Judicial y que la plataforma para informarse le resultaba poco amigable. Su vecina, Angélica Villagómez, de 60 años, también expresó su descontento, señalando que aunque investigó a los candidatos, no recordaba las especialidades de los magistrados por los que votó. La elección, para muchos, se convirtió en una decisión al azar, especialmente en lo que respecta a los cargos locales.
Un ambiente electoral peculiar
En otras casillas, como en el Centro Urbano Miguel Alemán, la participación fue igualmente baja. Conversaciones entre votantes y funcionarios revelaron que algunos llevaban “acordeones” con recomendaciones de candidatos, lo que sugiere un intento de orientar el voto en medio de la confusión general. En un contexto donde se excluyó a los internos en prisión preventiva del derecho a voto, la elección se presenta como un ejercicio democrático que aún necesita fortalecer su conexión con la ciudadanía.