Una noche que prometía ser un evento musical privado se convirtió en un escenario de caos y violencia para tres reconocidos grupos de música regional mexicana. Los Cadetes de Linares, Ramón Ayala y Grupo Torrente fueron contratados para tocar en una lujosa residencia en Los Limoneros, Cuernavaca, sin saber que la celebración estaba vinculada a uno de los líderes del Cártel de los Beltrán Leyva, Arturo Beltrán Leyva, conocido como ‘El Barbas’.
El evento musical y su oscuro trasfondo
Los músicos, acostumbrados a actuar para empresarios y figuras políticas, no indagaron sobre la naturaleza del evento. Sin embargo, el ambiente festivo se tornó inquietante cuando se dieron cuenta de la presencia de ‘El Barbas’ y otros altos mandos del cártel. Durante la actuación, el narcotraficante pidió a Los Cadetes de Linares y a Ramón Ayala que interpretaran sus canciones favoritas, mientras las Fuerzas Armadas llevaban a cabo un operativo para capturarlo. La situación se tornó peligrosa cuando los marinos intervinieron, desatando un enfrentamiento armado en medio del evento.
De la música a la pesadilla: el operativo fallido
El vocalista de Grupo Torrente, José Carlos Salinas Rodríguez, conocido como ‘Charly Torrente’, relató cómo la música se interrumpió abruptamente cuando el Ejército mexicano hizo su entrada. Mientras ‘El Barbas’ y sus guardaespaldas intentaban escapar, los músicos se encontraron atrapados en un cruce de balas, donde algunos resultaron heridos y otros tuvieron que refugiarse en el piso. “Era una zona de guerra”, recordó Torrente, quien vivió el horror de esa noche entre disparos y granadas.
Las consecuencias para los músicos y la caída de ‘El Barbas’
La madrugada siguiente, los músicos y el personal del evento fueron arrestados y trasladados a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) como testigos. Sin embargo, Torrente afirmó que se convirtieron en chivos expiatorios en un contexto de corrupción, donde las autoridades exigieron 100 mil dólares por su liberación. Mientras tanto, el gobierno continuó su búsqueda de ‘El Barbas’, quien fue finalmente abatido en un operativo días después del enfrentamiento. Esta serie de eventos subraya la compleja relación entre la música, el narcotráfico y la corrupción en México.