La historia de Alanis Morissette en el mundo de la música es digna de un cuento de hadas. Después de grabar dos discos de pop bailable en su adolescencia, la artista canadiense no lograba encontrar su verdadera voz. Sin embargo, un cambio de país, el encuentro con el productor adecuado y un contrato con el sello discográfico de Madonna transformaron su carrera. Su tercer álbum, Jagged Little Pill, lanzado hace tres décadas, se convirtió en uno de los discos más vendidos de la historia.
El inicio de una carrera prometedora
Nacida en Ottawa, Canadá, Alanis Morissette mostró desde pequeña un talento excepcional tanto en el canto como en la composición. A pesar de que sus dos primeros álbumes tuvieron éxito en su país, Alanis sentía que su música no reflejaba su verdadera esencia. Fue entonces cuando decidió mudarse a Los Ángeles, donde se cruzó con Glen Ballard, un productor que reconoció su potencial y la ayudó a redefinir su estilo musical, incorporando elementos del grunge y bases electrónicas a su sonido.
El impacto de Jagged Little Pill
Con la colaboración de Ballard, Morissette comenzó a crear un repertorio que resonaba con la autenticidad y la energía del rock de la época. Tras completar el álbum, Madonna, a través de su sello Maverick, decidió apostar por Alanis y le ofreció un contrato discográfico. El primer sencillo del álbum, “You oughta know”, se volvió un fenómeno en las emisoras de radio y en MTV, catapultando a Morissette a la fama casi de la noche a la mañana.
Un legado musical inigualable
Las ventas de Jagged Little Pill superaron las expectativas, alcanzando el número uno en Estados Unidos y vendiendo más de 33 millones de copias en todo el mundo. Con su mezcla de letras profundas y un sonido rockero, Alanis se convirtió en una de las artistas más influyentes de su generación, ganando cinco premios Grammy. Este año, los fans tendrán la oportunidad de disfrutar de su música en vivo, ya que se presentará en el O Gozo Festival en A Coruña y en el festival Cruïlla en Barcelona.