Karol G ha sorprendido a sus seguidores con el lanzamiento de Tropicoqueta, su quinto álbum de estudio, en el que rinde homenaje a la comunidad latina a través de letras y sonidos que evocan la cultura. Este nuevo trabajo incluye una canción homónima que, además de ser un cierre emblemático del disco, hace referencia a uno de los virales más populares de los últimos años: el niño Felipe, conocido por su carismático baile. La artista ha logrado combinar elementos de la música contemporánea con recuerdos nostálgicos de los años 90, creando así una obra que busca resonar en el corazón de sus fans.
Un homenaje a Felipe y su viralidad
En Tropicoqueta, Karol G invita a los oyentes a presentarse con una línea que se ha vuelto icónica: “¿cómo te llamas?”. En un giro inesperado, el propio niño Felipe aparece en la canción diciendo su nombre, lo que añade un toque auténtico y entrañable al tema. La artista también incorpora un sample del payaso tucumán Filito, quien popularizó la frase “mira cómo mueve los hombritos”, conectando así diferentes generaciones a través de la música y el humor.
Karol G aclara su inspiración
La cantante ha sido clara en que su intención no es copiar al payaso Filito, sino rendir homenaje a su trabajo y al fenómeno viral que generó. “Una cosa es copiar y otra cosa es inspirarse”, ha afirmado Karol G, quien también ha utilizado samples en otras canciones como Latina Foreva y Cuando Me Muera Te Olvido. La inclusión de Felipe y su familia en el tema es un gesto que refleja el respeto y la admiración que siente por el impacto que han tenido en la cultura popular.
El impacto del viral de Felipe
El video de Felipe se volvió viral en 2024, cautivando a millones con su espontaneidad y carisma mientras bailaba al ritmo de la canción de Filito. Aunque parecía un video planificado, la autenticidad del niño y su habilidad para moverse al compás de la música sorprendieron a todos. Este fenómeno no solo ha dejado una marca en las redes sociales, sino que también ha influido en la música actual, demostrando que el ritmo y la alegría de los niños pueden conectar a las personas de maneras inesperadas.