Olivia Rodrigo cerró el festival de Glastonbury con una actuación emocionante que dejó huella en el icónico escenario Pyramid. La joven artista de 22 años, que recientemente había compartido escenario con Ed Sheeran en Hyde Park, ofreció un show de más de una hora donde interpretó sus grandes éxitos de los álbumes SOUR y GUTS. Sin embargo, su actuación se vio ensombrecida por las protestas políticas que marcaron esta edición del festival, con mensajes de oposición a la ofensiva militar israelí resonando entre el público.
Un espectáculo vibrante y emotivo
Rodrigo, quien ya había deslumbrado en Glastonbury en 2022, regresó como cabeza de cartel, consolidando su estatus como una de las voces más influyentes de su generación. Con un vestuario que incluyó un conjunto blanco radiante y una camiseta con la leyenda “You know all the words to just like heaven… Or do you?”, la artista combinó energía juvenil con una puesta en escena sobria y efectiva. Entre sus interpretaciones más destacadas se encontraban temas como Drivers license, Good 4 u, Vampire y Bad idea right?, que fueron recibidos con entusiasmo por el público.
Una colaboración inesperada
Uno de los momentos más sorprendentes de la noche fue la aparición de Robert Smith, líder de The Cure, quien fue presentado por Rodrigo como “quizá el mejor compositor que ha dado Inglaterra y un héroe personal”. Juntos, interpretaron clásicos como Friday I’m in Love y Just Like Heaven, generando una ovación masiva entre los asistentes. La inesperada colaboración entre una estrella del pop contemporáneo y una figura icónica del post-punk británico dejó a los fanáticos boquiabiertos y marcó un hito en el festival.
Protestas políticas en Glastonbury 2025
Esta edición de Glastonbury también ha sido notable por su fuerte carga política. Desde el inicio del festival, varios artistas han utilizado su plataforma para manifestarse contra la ofensiva militar israelí en Gaza. El grupo de rap norirlandés Kneecap desplegó una bandera palestina durante su actuación, provocando reacciones encontradas. Por su parte, el dúo de punk Bob Vylan animó al público a corear consignas en apoyo a Palestina. A pesar de las protestas, la organización del festival ha mantenido una postura neutral, defendiendo la libertad de expresión de los artistas pero evitando posicionarse oficialmente en el conflicto, lo que ha generado críticas de ambos lados.