George Harrison, el talentoso guitarrista de The Beatles, vivió una compleja relación con su compañero Paul McCartney, quien a menudo lo hacía sentir eclipsado y, en sus propias palabras, “terriblemente infeliz”. Sin embargo, la historia de su amistad está marcada por incidentes inesperados, donde Harrison dejó noqueado a McCartney en dos ocasiones, aunque no con la intención de vengarse. Estos episodios revelan una dinámica interesante entre dos de los músicos más influyentes de la historia.
Incidentes inesperados entre amigos
La primera vez que Harrison impactó a McCartney ocurrió en 1965 durante el rodaje de la película ‘Help!’ en las Bahamas. Tras una broma pesada donde Paul introdujo una medusa en el bañador de George, este reaccionó de forma explosiva. Despertando de un profundo sueño, confundió la picadura con un ataque y, en un arranque de ira, propinó una serie de golpes a McCartney que resultaron en un labio partido, un diente astillado y un ojo amoratado. Este episodio, aunque violento, refleja la tensión que existía entre ambos músicos.
Un hito en las listas de éxitos
El segundo “noqueo” de Harrison a McCartney fue más metafórico y tuvo lugar el 30 de junio de 1973, cuando su sencillo ‘Give me love (Give me peace on earth)’ desbancó a ‘My love’, el primer éxito en solitario de Paul en las listas de Billboard. Este momento marcó un hito en la historia de la música, ya que fue la única vez que dos ex Beatles ocuparon los dos primeros puestos en las listas estadounidenses. Esta victoria no solo simbolizó el talento de Harrison, sino también su deseo de ser reconocido como un artista en su propio derecho.
Reflexiones sobre su legado musical
En su biografía ‘I, Me, Mine’, Harrison describió ‘Give me love’ como una oración y una declaración personal, capturando su anhelo y desencanto. La canción se ha convertido en un clásico, siendo interpretada por Harrison en cada una de sus escasas giras como solista. La revista ‘Rolling Stone’ la calificó como una de las composiciones más bellas de cualquier Beatle, resaltando cómo su música refleja el genio y la profundidad emocional de Harrison. A través de estos momentos, se evidencia que, a pesar de las tensiones y rivalidades, ambos músicos dejaron un legado imborrable en la historia de la música.