Francisco Rivas explicó cuáles son alguno de los riesgos de la estrategia contra la extorsión de Harfuch y cómo no beneficiará buena parte de los sectores afectados.

La Estrategia Nacional contra la Extorsión que fue anunciada el domingo por el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Omar García Harfuch, no es suficiente para frenar el delito en la modalidad presencial, ya que no se especifican cuáles serán los mecanismos para proteger la integridad de las personas que denuncien.
Así lo expresó Francisco Rivas, director general del Observatorio Nacional Ciudadano Seguridad, Justicia y Legalidad (ONC), en entrevista con El Financiero.
El especialista dijo que es muy positivo que “se decida tener un esfuerzo específico en contra de la extorsión, que es un delito que creció junto con la desapariciones en la administración pasada”; sin embargo, señaló que no hay líneas de acción claras para combatir la extorsión en modalidad presencial más allá de la habilitación del 089 como medio de denuncia, los operativos en Centros de Reinserción Social y el congelamiento de cuentas depositarias.
“Me parece que, por lo menos lo que se ve ahí, no es suficiente. Por ejemplo: no se habla de una estrategia y de mecanismos mucho más certeros para fomentar la denuncia. Quien hoy está siendo extorsionado en el campo en Michoacán no va a hablar al 089, no va a hablar al 911 porque tiene su vida en riesgo (…) ese tipo de cosas no se resuelven nada más entrenando al personal”.
Apuntó que si bien 90 por ciento de las extorsiones es vía telefónica o por redes sociales, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 10 por ciento que es presencial “son mucho más peligrosas porque ponen en riesgo la integridad de las personas” y sustituyen el control del Estado.
Muestra de la falta de confianza en la denuncia, estimó, es la cifra negra, que llegó en 2023 a 99 por ciento, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe).
En cuanto a la creación de unidades antiextorsión que anunció García Harfuch, Rivas indicó que será necesario que cuenten con presupuesto suficiente y no se les agreguen tareas distintas, pues de otra forma no funcionarán
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Críticas a la Estrategia Nacional contra la Extorsión
La reciente **Estrategia Nacional contra la Extorsión**, presentada por el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, **Omar García Harfuch**, ha suscitado opiniones encontradas. Francisco Rivas, director del Observatorio Nacional Ciudadano, advirtió que esta estrategia no aborda adecuadamente los riesgos para quienes decidan denunciar estos delitos. Según Rivas, la falta de mecanismos claros para proteger a los denunciantes podría desincentivar la denuncia, lo que perpetúa la impunidad en este tipo de crímenes.
Falta de Acciones Concretas
Rivas señaló que, aunque es positivo que se reconozca la extorsión como un problema creciente, especialmente en el contexto de la administración anterior, las medidas propuestas son insuficientes. Más allá de la habilitación del número 089 para denuncias y operativos en centros penitenciarios, no se presentan acciones concretas que garanticen la seguridad de las víctimas. “No se habla de estrategias efectivas para fomentar la denuncia”, comentó Rivas, resaltando la necesidad de un enfoque más robusto y específico.
El Peligro de la Extorsión Presencial
El especialista también destacó que, aunque el 90% de las extorsiones se realizan a través de medios digitales, el 10% restante, que ocurre de manera presencial, es considerablemente más peligroso. Este tipo de extorsión no solo pone en riesgo la vida de las personas, sino que también socava la autoridad del Estado en diversas regiones. La falta de confianza en las instituciones es evidente, con un alarmante 99% de cifra negra en las denuncias, lo que indica que la mayoría de los casos no son reportados.
Necesidad de Recursos y Enfoque Específico
En cuanto a la creación de unidades antiextorsión, Rivas enfatizó que estas deben contar con un presupuesto adecuado y no ser desbordadas con tareas adicionales para que realmente puedan funcionar. La implementación efectiva de estas unidades es crucial para abordar el problema de la extorsión de manera integral y asegurar que las víctimas se sientan protegidas al momento de denunciar. Sin un enfoque claro y recursos suficientes, la estrategia de Harfuch podría quedarse en un mero enunciado sin impacto real en la reducción de este delito.