Las redadas antiinmigrantes ordenadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, han generado un clima de temor entre los habitantes que no nacieron en tierras estadounidenses. Este ambiente de incertidumbre se hizo evidente durante un concierto de Katy Perry en San Francisco, California, uno de los estados más afectados por estas polémicas leyes migratorias.
Un momento conmovedor en el concierto
Durante el concierto del 18 de julio en el Chase Center, un momento especial se volvió viral cuando Katy Perry interactuó con una pequeña fan mexicana. La niña, visiblemente nerviosa, dudó en revelar su nacionalidad, un claro reflejo del miedo que sienten muchos niños cuyos padres son inmigrantes. Este gesto de la cantante no solo fue un acto de empatía, sino también un llamado a la aceptación y al orgullo por las raíces culturales.
El apoyo de Katy Perry
Al preguntarle a la pequeña “¿de dónde eres?”, la niña respondió con timidez “de Méxi…co”, apenas audible. Sin embargo, Katy Perry, con su carisma habitual, la animó a dejar atrás el miedo. “No, no, no, tienes que decirlo fuerte y sentirte orgullosa”, le dijo, brindándole el apoyo necesario para que se expresara sin temor.
Un grito de orgullo
Con esas palabras de aliento, la niña reunió el valor y, con confianza, gritó al micrófono: “¡SOY DE MÉXICO!”. Este momento fue recibido con una explosión de júbilo por parte del público, quienes también mostraron su desacuerdo con las medidas migratorias del país. La ovación fue un claro reflejo de la solidaridad y el apoyo hacia la comunidad inmigrante.
Un abrazo que trasciende
El tierno abrazo entre Katy Perry y la niña quedó grabado en la memoria de todos los asistentes, pero sobre todo en la mente de la pequeña, quien aprendió que no debe tener miedo de compartir su identidad. Este tipo de gestos son fundamentales en un momento en que muchos enfrentan la discriminación y el rechazo, recordando que el orgullo por nuestras raíces es un valor que debe ser celebrado.