El Gobierno de Claudia Sheinbaum ha intensificado su lucha contra el Cártel de Sinaloa, enfocándose en desarticular a sus líderes, quienes son considerados responsables de la creciente violencia en el país. Las autoridades mexicanas han señalado que estos individuos enfrentan graves acusaciones que podrían llevar a penas de cárcel prolongadas o incluso a la extradición a otros países.
Los principales objetivos del Gobierno
En el foco de esta estrategia se encuentran dos figuras clave: Iván Archivaldo Guzmán, hijo del famoso narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, y Ismael Zambada Sicairos, conocido como “El Mayito” Flaco, hijo del también reconocido narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada. La rivalidad entre estas facciones ha desatado una ola de violencia en México, exacerbada por la supuesta traición de los Guzmán a los Zambada.
Estrategias para la captura de los líderes criminales
Durante una reciente conferencia, el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, destacó que las reformas implementadas en materia de inteligencia han permitido avances significativos en la lucha contra el crimen organizado. Desde el 1 de octubre de 2024 hasta el 16 de julio de 2025, las autoridades han logrado la detención de 1,487 personas en Sinaloa y han asegurado más de 53 toneladas de drogas, incluyendo una cantidad significativa de fentanilo. Además, se han desarticulado 91 laboratorios dedicados a la producción de metanfetaminas.
Compromiso del Gobierno con la paz en Sinaloa
García Harfuch subrayó que el Gabinete de Seguridad se reunirá cada 15 días en Sinaloa para evaluar la efectividad de las estrategias implementadas. “Devolver la paz a las familias de Sinaloa es una prioridad para este gobierno”, afirmó. En este esfuerzo, también se registró la detención de Ovidio Guzmán, otro hijo de “El Chapo”, quien actualmente enfrenta cargos en Estados Unidos. La coordinación entre las fuerzas federales y locales se ha vuelto crucial en la lucha por restaurar la seguridad en la región.