En México, los chapulines representan una plaga endémica que afecta a múltiples regiones agrícolas, especialmente en estados como Durango, Chihuahua, Zacatecas y Tlaxcala. Estos insectos, de los géneros Melanoplus, Sphenarium y Brachystola, se alimentan de hojas, tallos y frutos tiernos, causando pérdidas significativas en cultivos como el frijol, maíz y forrajes.
Impacto de los chapulines en Durango
En Durango, la Secretaría de Agricultura y Ganadería ha reportado que aproximadamente 5,000 hectáreas, incluyendo 2,000 en la capital, están afectadas por esta plaga en el ciclo agrícola 2025. La rápida reproducción de los chapulines, especialmente durante la temporada de lluvias, agrava el problema, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria y la economía de los productores.
Estrategias de control y monitoreo
Ante este desafío, las autoridades y los agricultores están trabajando juntos para implementar estrategias efectivas de control. La Secretaría de Agricultura y Ganadería de Durango ha iniciado una campaña intensiva para enfrentar la plaga de chapulines, enfocándose en municipios como Canatlán, Pánuco de Coronado y Durango capital. Las brigadas de técnicos agrícolas realizan recorridos constantes para monitorear las zonas afectadas, utilizando métodos de control biológico y químico según el nivel de infestación. Por ejemplo, en 2024, el gobierno municipal de Durango invirtió más de 500,000 pesos en un dron para aplicar herbicidas, demostrando el uso de tecnología avanzada para proteger los cultivos.
Medidas preventivas para los productores
Para evitar que la plaga de chapulines cause estragos, los productores deben adoptar prácticas preventivas y coordinarse con las autoridades. Una medida clave es el monitoreo constante al inicio de la temporada de lluvias, cuando los huevecillos eclosionan, utilizando redes entomológicas para evaluar la densidad de ninfas por metro cuadrado. Los expertos recomiendan aplicar controles biológicos, como el uso de hongos entomopatógenos, que son amigables con el medio ambiente y no afectan a la fauna benéfica. Asimismo, es crucial fumigar de manera conjunta entre productores para evitar que los chapulines se refugien en parcelas no tratadas.
Colaboración entre productores y autoridades
La colaboración entre productores, gobiernos locales y dependencias como la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) es fundamental para controlar la plaga. En Tlaxcala, por ejemplo, municipios como Yauhquemehcan han organizado mesas de trabajo con Cesavetlax y Sader para coordinar esfuerzos. En Durango, las autoridades están evaluando apoyos para los productores que sufran pérdidas, aunque aún no se ha declarado una emergencia agrícola. La Secretaría de Agricultura estatal insiste en la importancia de mantener una vigilancia constante y aplicar tratamientos en la etapa de ninfa de tercer estadio, cuando los chapulines son más fáciles de controlar.
Un esfuerzo colectivo para proteger la agricultura
La plaga de chapulines representa un desafío significativo para la agricultura mexicana, pero con estrategias adecuadas y trabajo coordinado, es posible minimizar sus efectos. Los productores deben priorizar la detección temprana, el uso responsable de plaguicidas y la colaboración con sus vecinos para evitar la propagación. En Durango, donde el frijol es un pilar económico, las acciones del gobierno y los agricultores buscan garantizar una cosecha exitosa en 2025, manteniendo la estabilidad en los precios y el abastecimiento del grano.