La presidenta Claudia Sheinbaum reafirmó este miércoles su postura en contra de la pena de muerte, en respuesta a la decisión del Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ) de no solicitarla en los casos de narcotraficantes como Ismael “el Mayo” Zambada y Rafael Caro Quintero. Esta declaración se produce en un contexto donde el gobierno estadounidense ha optado por no aplicar la pena capital en ciertos casos de alto perfil relacionados con el crimen organizado.

La postura de Sheinbaum sobre la pena de muerte

Durante una conferencia de prensa, Sheinbaum subrayó que su gobierno se opone a la pena de muerte sin importar el delito o la persona involucrada. “No es algo con lo que coincidimos”, afirmó, añadiendo que la política mexicana establece la no aplicación de esta medida. La mandataria también enfatizó que la decisión de no buscar la pena de muerte es parte de un enfoque más amplio sobre la justicia y los derechos humanos en México.

Detalles sobre la decisión del DOJ

El fiscal federal Joseph Nocella Jr. comunicó el martes que la fiscal general Pam Bondi ha instruido a su oficina a no buscar la pena de muerte en los casos mencionados. Este cambio de estrategia se produce tras un período en el que el DOJ había considerado la posibilidad de solicitar la pena capital para Zambada y Caro Quintero, quienes enfrentan múltiples cargos relacionados con el narcotráfico y otros delitos graves.

Implicaciones para el futuro de la extradición

Sheinbaum también abordó el tema de la extradición, explicando que los tratados existentes entre México y Estados Unidos establecen la reciprocidad en la aplicación de la pena de muerte. “Cuando son extraditados, no hay pena de muerte”, reiteró, señalando que esta política busca proteger los derechos de los ciudadanos mexicanos. Además, la presidenta aclaró que México no ha participado en la decisión del gobierno estadounidense de no solicitar la pena de muerte, considerándolo un asunto interno de Estados Unidos.

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