En una emotiva última sesión extraordinaria, la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña, pronunció su discurso de despedida, destacando el papel fundamental de la Corte como garante de la democracia y las libertades en México. Piña, la primera mujer en ocupar este cargo, enfatizó que la SCJN ha sido un bastión en la defensa de los derechos constitucionales y un referente de justicia en el país.
Reflexiones sobre el legado de la SCJN
Durante su intervención, Norma Piña subrayó que el Alto Tribunal ha recorrido un largo camino para consolidar su legitimidad y que su legado será evaluado por las sentencias que emita y por la historia misma. “La justicia no es una obra concluida, sino una construcción viva que nos trasciende”, afirmó, reflexionando sobre los intensos debates y consensos que han fortalecido la democracia en México. Su discurso resonó con un sentido de responsabilidad hacia el futuro de la justicia en el país.
Reacciones a su despedida
Al concluir su discurso, Piña recibió una ovación de pie de parte de la mayoría de los asistentes, aunque la ministra Lenia Batres optó por no aplaudir, manifestando su crítica hacia el desempeño de la Corte saliente. En un pronunciamiento posterior, Batres calificó a la SCJN de “neoliberal” y cuestionó su legado en la protección de derechos sociales, marcando una clara división en las opiniones sobre la administración de Piña.
El futuro de la SCJN
Con la renovación del Poder Judicial programada para el 1 de septiembre, la SCJN verá la llegada de nuevos ministros electos por voto popular, entre ellos Lenia Batres, Yasmín Esquivel Mossa y Loretta Ortiz Ahlf. Esta transición representa un cambio significativo en la estructura del máximo tribunal del país, que busca adaptarse a las demandas sociales y políticas actuales. La elección de nuevos miembros también plantea interrogantes sobre la dirección futura de la justicia en México y el papel que jugarán en la defensa de los derechos ciudadanos.