La reciente ceremonia de toma de protesta de los nuevos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha revelado el creciente distanciamiento entre el Poder Judicial y el Ejecutivo en México. Uno de los momentos más significativos ocurrió cuando la expresidenta de la SCJN, Norma Piña, no se levantó para aplaudir al presidente Andrés Manuel López Obrador durante el evento, un gesto que simboliza la tensión existente entre ambas instituciones.
El inicio de un nuevo capítulo en el Poder Judicial
El 1 de septiembre, los nuevos ministros de la SCJN tomaron protesta en el Senado, con Hugo Aguilar Ortiz como el nuevo presidente del Máximo Tribunal. Aunque este evento fue motivo de celebración para el gobierno federal y sus simpatizantes, figuras de la oposición como Ricardo Anaya han criticado la reforma judicial impulsada por López Obrador, considerándola un ataque a la independencia del Poder Judicial. En su columna, el analista Justo Carranza argumenta que la gestión de Norma Piña facilitó la aprobación de esta reforma, marcando un punto de no retorno en la relación entre ambos poderes.
Errores que llevaron a la crisis judicial
Justo Carranza señala que la falta de comunicación de Norma Piña con el Ejecutivo desde su llegada a la presidencia de la SCJN el 2 de enero de 2023 fue un error crucial. Este distanciamiento se evidenció en múltiples ocasiones, incluyendo su negativa a dialogar con López Obrador, lo que generó tensiones que culminaron en la reforma judicial de 2024. La decisión de no aplaudir al presidente durante el aniversario de la Constitución fue solo un episodio más en una serie de confrontaciones que llevaron a la ruptura de los puentes de comunicación entre el Poder Judicial y el Ejecutivo.
Consecuencias de la falta de diálogo
La falta de interlocución y los episodios de enfrentamiento protagonizados por Piña no solo afectaron su relación con el Ejecutivo, sino que también llevaron a la invalidación de reformas importantes impulsadas por López Obrador, como el traspaso de la Guardia Nacional a la Sedena. Estas decisiones judiciales comenzaron a inquietar al presidente, quien encontró en la reforma judicial de 2024 una oportunidad para reestructurar el sistema judicial del país. Así, la llegada de nuevos ministros y el cambio de liderazgo en la SCJN marcan el inicio de una nueva era en el Poder Judicial, con implicaciones significativas para el futuro de la justicia en México.