El primer año de Claudia Sheinbaum como presidenta ha estado marcado por desafíos significativos, incluyendo la inseguridad, la crisis de desaparecidos y el desabasto de medicinas. Sin embargo, uno de los temas más críticos ha sido la tensión en la relación bilateral con Estados Unidos, exacerbada por las exigencias de seguridad impuestas por la administración de Donald Trump. La presión para frenar el tráfico de drogas y la migración ha llevado a Sheinbaum a adoptar medidas drásticas en su política de seguridad, abandonando la estrategia de “abrazos, no balazos” de su predecesor.
Desafíos en la relación con Estados Unidos
Desde su llegada al poder, Donald Trump ha mantenido una postura agresiva hacia México, amenazando con imponer aranceles del 25% a productos mexicanos si no se cumplen sus demandas en materia de seguridad. Esta situación ha llevado a Sheinbaum a movilizar a 10 mil elementos de la Guardia Nacional a la frontera y a extraditar a miembros del crimen organizado, incluyendo a Rafael Caro Quintero, conocido por su implicación en el asesinato de un agente de la DEA. A pesar de estas acciones, Trump ha continuado criticando a México, afirmando que el país está “dirigido por cárteles” y sugiriendo que la presidenta “tiene miedo”.
Política de seguridad y reformas legislativas
La mandataria ha implementado una nueva estrategia de seguridad, que incluye la colaboración con Estados Unidos para el uso de drones en la lucha contra el crimen organizado. Sin embargo, la efectividad de estas medidas ha sido cuestionada, ya que, aunque se han registrado reducciones en algunos delitos, otros, como la extorsión y las desapariciones, han aumentado significativamente. En el ámbito legislativo, Sheinbaum ha enfrentado bloqueos dentro de su coalición, lo que ha dificultado la implementación de reformas clave, como la reforma al Poder Judicial y la Ley de Telecomunicaciones, que han generado controversia y críticas.
Retos en el sector salud y la política migratoria
El sector salud también ha sido uno de los puntos débiles de su administración, con un recorte del 12.2% en el presupuesto destinado a salud y una notable reducción en la cobertura de vacunación. Este desabasto ha contribuido a un brote de sarampión en el país, generando preocupaciones entre la población. Además, la política migratoria de Trump ha añadido presión sobre Sheinbaum, quien ha tenido que lidiar con las consecuencias de las deportaciones masivas y la reactivación de la construcción del muro fronterizo. A pesar de los esfuerzos realizados, el gobierno de Sheinbaum enfrenta un año lleno de retos y críticas en su búsqueda por mejorar la seguridad y la salud pública en México.