La lista de participantes de La Granja VIP 2025 cuenta con una figura que, más allá de la fama en el entretenimiento, arrastra una de las trayectorias más intensas y controvertidas del deporte mexicano: Alberto del Río ‘El Patrón’.
El salto del cuadrilátero a la granja
Este luchador de élite ha cambiado el cuadrilátero internacional por el trabajo rudo en la granja, prometiendo llevar su carácter explosivo al nuevo reality show de TV Azteca. Con una trayectoria que ha dejado huella en la lucha libre, su participación en este programa promete ser un espectáculo lleno de emociones y sorpresas.
¿Quién es Alberto del Río, el nuevo participante?
Alberto del Río, cuyo nombre de nacimiento es Alberto Rodríguez, es originario de San Luis Potosí, México. Nacido el 25 de mayo de 1977, el luchador tiene actualmente 48 años y es parte de una de las dinastías más reconocidas de la lucha libre mexicana, siendo hijo de la leyenda Dos Caras y sobrino de Mil Máscaras. Su apodo, ‘El Patrón’, se popularizó por su significado de protector y líder de su gente, un concepto que él mismo promovió durante su carrera en Estados Unidos.
Polémicas que rodean a ‘El Patrón’
La vida profesional de Alberto del Río ha estado marcada por múltiples polémicas que explican por qué su ingreso a La Granja VIP genera tanta conversación y expectativa:
- Conflictos en WWE: Una de sus salidas más sonadas de la WWE ocurrió en 2014 tras un altercado donde abofeteó a un miembro del staff de la empresa, luego de que este hiciera un comentario considerado “racista”.
- Enfrentamientos públicos: Ha protagonizado tensos momentos en televisión abierta. En una ocasión, tuvo un altercado físico con miembros de la producción de un programa de TV Azteca, que lo obligó a ser retirado por seguridad.
- Problemas con aficionados: En el ring, su carácter lo ha llevado a enfrentarse directamente con el público, siendo suspendido por las autoridades de Tijuana tras arrojar una silla a un fanático durante una función de lucha libre.
Su participación en el reality es vista como una apuesta por el alto contenido, ya que su fuerte personalidad y reputación de no evitar el conflicto podrían detonar el drama en la convivencia de la granja, demostrando que su famoso lema “No vine a hablar, vine a rugir” aplica tanto en el cuadrilátero como en el establo.