La participación de Manola Díez en La Granja VIP ha reavivado el interés por su historia personal: su temperamento fuerte, episodios explosivos dentro del reality y, sobre todo, las declaraciones públicas que ella misma ha hecho sobre su salud emocional. La actriz ha negado que padezca esquizofrenia y ha explicado que vive con ansiedad, un cuadro que afirma se desencadenó tras el grave accidente que sufrió su hijo cuando era niño.
¿Qué ha dicho Manola Díez sobre su diagnóstico?
Manola ha sido directa: “No es ira, es ansiedad. Yo no tengo esquizofrenia”, declaró en una entrevista previa a su ingreso al reality, calificando como erróneas algunas interpretaciones mediáticas sobre su conducta. Según la actriz, la ansiedad que padece se potenció tras el accidente de su hijo, un suceso que marcó su vida y que la llevó a alejarse en ciertos momentos de su carrera.
La relación entre la ansiedad y la hipersensibilidad
Ella asegura estar en un proceso de sanación y que ha tomado medidas como dejar el alcohol para recuperar estabilidad emocional. El diagnóstico de PAS (Persona Altamente Sensible), conceptualizado por la psicóloga Elaine Aron, no es un trastorno psiquiátrico sino un rasgo de personalidad: implica un procesamiento sensorial y emocional más profundo, mayor reactividad ante estímulos y tendencia a saturarse en entornos sobreestimulantes. Manola comentó en el encierro que su psiquiatra la identificó como hipersensible, y que esa hipersensibilidad la hace reaccionar con mayor intensidad frente al ruido, las tensiones y las rupturas de expectativas dentro del reality.
¿Qué pueden y deben hacer la producción y el público ante estos casos?
En las primeras semanas de La Granja VIP, Manola protagonizó varias peleas y momentos tensos con compañeros, lo que ha generado curiosidad pública. Especialistas recomiendan que, cuando un participante con antecedentes de ansiedad o hipersensibilidad está en un formato de encierro, haya protocolos de contención, incluyendo acceso a evaluación y apoyo psicológico. La conversación en redes debería combinar interés y cuidado, evitando la estigmatización mientras se exige protección y atención profesional cuando los episodios lo indiquen.