La reciente aprobación de la reforma a la Ley de Amparo en la Cámara de Diputados ha generado un intenso debate político. La diputada de Morena, Mariana Benítez, defendió la reforma, argumentando que busca devolver la integridad al amparo, una figura jurídica que ha evolucionado a lo largo de 178 años. Sin embargo, su intervención no estuvo exenta de críticas, especialmente por parte de Ivonne Ortega, coordinadora de Movimiento Ciudadano, quien la acusó de traicionar sus principios al apoyar esta legislación.
La defensa de Mariana Benítez
Durante la discusión del 14 de octubre, Benítez enfatizó la importancia de la reforma, señalando que era necesario permitir que el amparo continuara su evolución jurídica. “Hoy se reforma para devolverle la integridad”, afirmó, defendiendo así su postura ante un auditorio dividido. Esta intervención, sin embargo, fue rápidamente cuestionada por Ortega, quien recordó el pasado político de Benítez en el PRI, sugiriendo que su actual postura es contradictoria con sus principios anteriores.
Un pasado polémico en el PRI
Mariana Benítez, quien ahora es parte de Morena, tiene un historial que incluye su pertenencia al Partido Revolucionario Institucional (PRI), donde ocupó cargos relevantes como subprocuradora Jurídica y de Asuntos Internacionales en la Procuraduría General de la República durante el mandato de Jesús Murillo Karam. Este vínculo ha suscitado cuestionamientos sobre su autenticidad y compromiso con los ideales de la nueva administración, especialmente en un contexto en el que la reforma a la Ley de Amparo es vista como un posible retroceso en materia de derechos.
El futuro de la Ley de Amparo
Ahora, la reforma aprobada por los diputados se enviará al Senado, donde se espera un análisis profundo y posiblemente más controversias. La discusión no solo gira en torno a los aspectos legales de la reforma, sino que también refleja la lucha interna de los partidos y la percepción pública sobre la coherencia de sus representantes. Mientras tanto, la figura de Mariana Benítez sigue siendo un punto focal en este debate, simbolizando las tensiones entre el pasado y el presente político en México.