Despertarse en medio de la noche con una fuerte sensación de hambre es una experiencia más común de lo que parece y puede tener diversas explicaciones, que van desde hábitos diarios hasta trastornos de la alimentación y del sueño, advierten especialistas. Este fenómeno puede ser un signo de que algo no está funcionando bien en nuestra rutina diaria o en nuestra salud.
El papel del ritmo circadiano en el hambre nocturna
Uno de los factores clave que influye en la sensación de hambre durante la noche es el ritmo circadiano, el reloj biológico que regula los ciclos de sueño y vigilia. Este ritmo no solo afecta nuestro estado de alerta, sino que también influye en la liberación de hormonas relacionadas con el apetito. Según estudios, las personas suelen experimentar más hambre al anochecer y menos por la mañana.
Causas comunes del hambre nocturna
Existen varias razones por las que podemos despertarnos con hambre, siendo la más frecuente un consumo insuficiente de calorías durante el día. Las Pautas Alimentarias para los Estadounidenses 2020-2025 indican que las mujeres adultas de 19 a 39 años necesitan entre 1,800 y 2,400 calorías diarias, mientras que los hombres requieren entre 2,400 y 3,000. No cubrir estas necesidades puede llevar al cuerpo a “reclamar” energía durante la noche.
Impacto de la actividad física y el sueño
Además, cambios en el ejercicio y la falta de sueño pueden contribuir a la sensación de hambre nocturna. Un incremento en la actividad física sin una adecuada ingesta calórica puede resultar en un despertar con hambre. Por otro lado, dormir menos de lo necesario también puede alterar los patrones de sueño y aumentar el apetito, favoreciendo estos episodios nocturnos. Los especialistas recomiendan al menos siete horas de sueño por noche para mantener una buena salud.
Medidas para evitar despertarse con hambre
Para aquellos que experimentan este problema, los especialistas sugieren un enfoque gradual. Es fundamental controlar la ingesta calórica diaria, ajustar el horario de la cena y mantener una rutina de ejercicio equilibrada. Priorizar el descanso nocturno también es crucial. Si el problema persiste, es recomendable consultar a un médico, ya que una comunicación honesta con el personal de salud es clave para abordar cualquier trastorno alimentario que pueda estar presente.

