Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770 – 1831) el “idealista” fue un escritor y filósofo alemán que tuvo una gran influencia en el pensamiento del siglo XIX, enfocado en el estudio de la Revolución Francesa. Considerado un autor cuya lectura es angosta y compleja, su pensamiento tuvo un especial impacto en la llamada “dialéctica” histórica.

Fue un tanto incómodo haber leído de Arturo, así que mejor, opté por leer otro capítulo, donde pudiera encontrar a alguien más agradable, el ganador fue Jorge, y esto decía:

Octubre de 1954

Hoy me iba a ver con Olimpia Gougues, mi gran amiga, la extrañaba, pues saliendo de la secundaria se mudó a Francia; esta semana estaba de visita, por ende lo primero que haría sin pensar era felicitarla, pues el sueño de su madre y el de ella se había cumplido, las mujeres ya podían votar desde hace apenas tres meses.

Para ese momento ya había hecho un amigo, se llamaba René, era dos años mayor que yo, este era su último año en la prepa y era buenísimo en todo, pero en especial para las matemáticas y la física, aunque también a veces se le daba de filósofo.

Le pareció buena idea que fuéramos a celebrar a La Ópera Bar, un bar famoso que se encontraba cerca del Palacio de Bellas Artes, y pues bueno, yo accedí.

Entonces ya estando ahí se pidió una cerveza y una piña colada sin alcohol, cuando las trajeron, a mi me dio la cerveza y él se quedó la piña colada, le pregunté por qué y él me dijo que sólo era un favor hacia mí, que aprovechara pues para poder pedir una cerveza yo mismo en un lugar así todavía me faltaban casi 3 años. En eso escucho a alguien detrás de mí que dice “Es simple lógica”.

—¡Jorge, por fin llegaste! –dijo René al tipo de cabello tan delgado como de bebé, ojos de mucho sueño y nariz bastante grande y tosca que se nos acercó.

—Si, estaba ocupado con mi ensayo, pero por fin llegué. ¿Quién es él? –preguntó.

—Es Juan, ya te había contado de él, bueno para filosofía y para hacer amistades.

—¿Qué tal? Soy Jorge –me estrechó la mano, luego se sentó y también pidió una cerveza, luego continuó mientras se le quedaba viendo a la mía —Tú eres el que está esperando a la amiga de Francia ¿eh?

—Así es –le respondí.

—Y estás tomando.

—Eh… bueno… Él me la dio yo no la había pedido y…

—Está bien está bien, yo sólo preguntaba. Eres libre ¿sabes? Y te conoces a ti cuando tomas.

—En realidad es la primera vez que tomo.

—¿En serio? ¿Y vas a ver a tu amiga así?

—Pues sólo será una.

—¿Y cómo sabes? Es decir, ¿cómo sabes que será una? ¿Cómo sabes a qué olerás? ¿Y qué es lo que pasará? ¿Tu cerebro funcionará igual? ¿Qué harás? ¿Qué dirás?

—Pues no lo sé.

—Entonces no te conoces.

—Claro que me conozco.

—Te conoces en estado sobrio ¿te conoces con alcohol en tu cuerpo? Hay que conocernos de todas las formas posibles.

—Dijiste que era libre.

—Así es, que va ligado a la independencia, pero esta consiste en esto: en que sabe lo que lo determina. Entre más conozcamos nuestros límites y los dominemos, más libres seremos.

—Ojalá así lo entendiera mi padre, él me mataría por hacer esto pero si él me conociera…

—Su trabajo no es conocerte, es el tuyo, tú debes conocerte a ti mismo, la limitación de la libertad es inaceptable en nuestro orden moral. Y lo que eres en lo real, debes serlo en lo ideal.

—Pues… el diría que no son planes que dios tiene para mí, por hacer esto, por estar en este lugar.

No hay lugar para la religión y el arte sí están en el mismo sitio, excepto para el Estado.

—¿El Estado?

—Todo lo que ves, la gente que nos rodea.

Tiene algo en contra de la sociedad y de eso está haciendo su ensayo –dijo René para orientarme un poco, luego, siguió mi debate con Jorge.

—Así es, y no es que tenga algo en contra de la sociedad, pues formo parte de ella, pero si la exhorto a que vea más allá de sí misma, o quedará en la oscuridad, si no es que la religión ya la cegó.

—¿Entonces qué? ¿Simplemente desobedezco a mi papá?

—Pues ya lo estás haciendo ¿no?

—Eh…

—No, no digo que lo desobedezcas; pues el pensamiento como la voluntad, empiezan por la obediencia.

Les dije que en una hora iba a llegar Olimpia y justo estaba por empezar a tomar mi cerveza cuando me dijo:

—Juan, el drama no está entre escoger el bien y el mal; sino escoger entre el bien y el bien. Todo radica en la consciencia.

—René, tomate mi cerveza, me voy al aeropuerto a recibir a Olimpia, luego nos vemos, y perdón.

—No, cómo crees, corre, y perdóname a mí, por corromperte como la mala sociedad que soy –me respondió riéndose y burlándose de Jorge.

—Un gusto Jorge, me gustaría saber más de tu ensayo, seguro estará interesante -le dije ya levantándome.

—Si te interesa lo que escribo, seguro también te interesará lo que está escribiendo un amigo que de hecho es de tu edad, creo que es de tu misma generación.

—¿Y que está escribiendo?

El mundo como voluntad y mi representación, y si quieres aportar algo, está muy bien, pues lo está haciendo con pensamientos de otras personas, yo también ya le di ideas.

—Espera espera ¿cómo se llama este amigo que está escribiendo eso?

Arturo ¿por qué?

—… No, por nada, cuídense.

No podía creer lo que me estaba oyendo así que mejor decidí salirme y digerir que el mismo tipo pesado que estuvo conmigo en secundario ahora me persigue hasta la prepa.

JM

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