Joaquín Salvador Lavado Tejón, mejor conocido como Quino, falleció en su natal Mendoza, Argentina, a los 88 años. El humorista creó uno de los personajes más reconocidos de forma internacional en las tiras cómicas: Mafalda, la pequeña que cuestionaba todo lo que veía y que odiaba la sopa por sobre todas las cosas.
La noticia se confirmó esta mañana a través de las cuentas oficiales del personaje y el autor, lo que derivó miles de mensajes de fans mostrando sus respetos y admiración al maestro. Desde hace ya varios años, Quino se encontraba en un mal estado; él mismo solía decir que tuvo “mala pata con la salud”, de acuerdo al diario El País.
Joaquín Salvador eligió su profesión desde los tres años, cuando su tío Joaquín Tejón -que era diseñador gráfico- comenzó a dibujarle a él y a sus hermanos para entretenerlos. Después de cuatro años en la carrera de Bellas Artes, decidió dejarla para dedicarse a perseguir sus sueños.
Mafalda llegó después de varios años de una mala racha -económica principalmente- junto a una idea para una campaña de publicidad. Una empresa encargó a Quino hacer tiras cómicas para promocionar una línea de electrodomésticos Mansfield, con la consigna de que los personajes tuvieran nombres que comenzaran con “M”. Si bien la idea no prosiguió con esa campaña, Quino la guardó; y no fue hasta 1964 que la recuperó para lanzarla en el diario Primera Plana.
A través de los años Mafalda se hizo tan famosa, que sus libros con recopilaciones de tiras cómicas llegaron a ser traducidos a más de 30 idiomas; se hizo una serie argentina con 52 capítulos en 1972; y eventualmente se hizo un largometraje -argentino igualmente- que después fue pasado al cine mudo. Esto después de que el mismo Quino escuchó a fans insatisfechos porque “esa no era la voz de Mafalda”.
Quino escribió acerca de Mafalda, todos sus amigos y familia, del 64 hasta 1973, haciendo en total 1928 tiras cómicas. Ese año decidió que ya no dibujaría a Mafalda; por mucho que los fans y editores rogaban, se mantuvo firme en su decisión.
Al ser cuestionado por su decisión, argumentó “ya no sentir la necesidad de utilizar la estructura expresiva de las tiras en secuencia”; aunque, de acuerdo al portal Milenio, lo hizo igualmente por seguridad, ya que al seguir exponiéndose a través de ese personaje en el contexto de dictaduras en el que se encontraba América Latina, “me pegaban uno o cuatro tiros”.
De acuerdo a El País, en una reunión privada le preguntaron dónde o cómo se encontraría Mafalda en nuestros días. A ello, Quino simplemente respondió que probablemente ya estaría muerta porque habría sido alguno de los desaparecidos de la dictadura militar argentina. Lo cierto es que Mafalda marcó un hito en la historia con su sabiduría y sus cuestionamientos sobre lo que se creía correcto o incorrecto en ese momento; acciones que inspiraron a generaciones y generaciones de lectores a hacer lo propio con su realidad.
Descanse en paz, maestro Quino.
SM