Simone Biles, considerada una de las mejores deportistas de todos los tiempos, ha sido por años un foco de atención por su excelencia en la gimnasia

Foto: ABC

A pesar de su corta edad, a los 24 años ya es una veterana de la gimnasia. Las exigencias y expectativas son más altas, lo que conlleva lesiones físicas irremediables, presiones económicas y, desde luego, presión a nivel mental. A esto se expone un deportista de alto rendimiento.

Pero, como en todo deporte, el éxito y el fracaso de uno repercute en todo el equipo. Bajo esa idea, Simone Biles, en medio de la competencia, decide retirarse, pues no quería exponer a su equipo a malas puntuaciones dadas sus lesiones y su estado mental.

Biles había mostrado deficiencias desde el inicio de la competencia, y Estados Unidos buscaba su tercera medalla de oro en la prueba de salto de caballo. En esas circunstancias, la multimedallista se dispone a realizar el salto y decide hacer un “amanar” y, en lugar de conseguir los esperados dos y medio giros, consigue un giro y medio además de falsear su caída dando un notable salto adicional. Así que su puntuación fue baja.

“Yo no voy a hacer que se pierda una medalla para este país [Estados Unidos] y estas chicas porque ellas han trabajado demasiado duro para que yo salga allí y pierda la medalla” dijo Biles.

Simone acudió al personal médico y, minutos después, se anunció que dejaría la competencia por equipos.

Esta decisión debió ser monumental para la deportista y los expertos coinciden en que fue la mejor decisión tanto para la competencia grupal, como para el bienestar de Biles.

Al final, el equipo estadounidense consiguió la medalla de plata, mientras Rusia se llevó el oro.

La decisión de Simone Biles posiblemente será unos de los momentos más importantes de las olimpiadas, pues se pone de manifiesto que el éxito de un deportista puede cobrarse con la salud física y mental.

CR

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