Miles de migrantes arriesgan sus vidas en los desiertos del norte de México para evadir los crecientes controles de migración en la frontera con Estados Unidos. A pesar de las afirmaciones de México y Estados Unidos sobre una reducción en el flujo de migrantes, la realidad es que muchos indocumentados están tomando cada vez más riesgos para lograr su objetivo de llegar a Estados Unidos. El caso más reciente ocurrió en el desierto de Chihuahua, donde cuatro migrantes quedaron atrapados en las dunas de Samalayuca después de perderse al intentar evadir el control militar en Ciudad Juárez. Esta situación ilustra cómo miles de migrantes eligen desafiar el desierto de Chihuahua y caminar más de 400 kilómetros para evitar los retenes en México. La falta de recursos y el hostigamiento de las autoridades migratorias obligan a los migrantes a tomar decisiones peligrosas, como viajar en tren o caminar por el desierto. El gobierno mexicano ha reforzado los controles migratorios este año debido al aumento en la migración irregular. Sin embargo, esto ha llevado a que los migrantes busquen rutas más peligrosas y se enfrenten a situaciones de violencia. Es importante encontrar soluciones para evitar que los migrantes se vean obligados a arriesgar sus vidas en el desierto y garantizar su seguridad durante su travesía.
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