Aunque la cerveza es una bebida común en reuniones y celebraciones, no siempre es inofensiva. Su consumo puede representar un riesgo para quienes padecen ciertas condiciones de salud. Expertos advierten que, en algunos casos, incluso una pequeña cantidad podría agravar los síntomas o interferir con tratamientos. Quédate que te contamos todo lo que debes saber.
¿Cómo se elabora la cerveza?
La cerveza se elabora a partir de agua, malta de cebada, lúpulo y levadura. El proceso comienza con la extracción de azúcares de la malta en agua caliente, seguido de la ebullición del mosto con lúpulo para aportarle sabor. Posteriormente, se enfría y se fermenta con levadura, que convierte los azúcares en alcohol y gas. Tras un periodo de reposo y filtrado, la cerveza está lista para ser embotellada y disfrutada.
¿Quiénes deben evitar la cerveza?
Según los expertos, personas con enfermedades como cirrosis, pancreatitis, diabetes o hipertensión deben abstenerse de consumir cerveza. El alcohol puede agravar estas condiciones y interferir con algunos tratamientos médicos. Incluso pequeñas cantidades pueden representar un riesgo significativo, por lo que es fundamental consultar con un médico antes de consumir alcohol si se tiene alguna afección de salud.
Impacto del consumo de cerveza en la salud
El consumo excesivo de cerveza puede ser perjudicial para la salud, contribuyendo al aumento de peso, problemas hepáticos, enfermedades cardiovasculares y daños en el sistema nervioso. Además, el alcohol puede afectar la coordinación, el juicio y aumentar el riesgo de accidentes. Sin embargo, un consumo moderado en personas sanas podría no ser dañino, aunque siempre es importante considerar factores individuales como la edad, el estado de salud y el uso de medicamentos. La moderación y la responsabilidad son clave a la hora de disfrutar de esta popular bebida.