Genaro García Luna es trasladado a la prisión ADX Florence
Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública bajo el gobierno de Felipe Calderón, ha sido trasladado a la temida prisión de máxima seguridad ADX Florence, ubicada en Colorado, Estados Unidos. Este traslado se realizó el 30 de junio y marca un nuevo capítulo en la vida del exfuncionario, quien fue condenado a 38 años de prisión por aceptar sobornos del Cártel de Sinaloa, el mismo grupo criminal que tenía la responsabilidad de combatir. La prisión ADX Florence es conocida por albergar a algunos de los criminales más peligrosos del mundo.
Condiciones extremas en ADX Florence
La prisión ADX Florence es la única en Estados Unidos con la clasificación de “supermax”, lo que implica un nivel extremo de seguridad. Desde su apertura en 1994, ningún recluso ha logrado escapar. Según el Buró Federal de Prisiones, García Luna ya figura como interno en este penal, donde su liberación está programada para el 19 de junio de 2052. Las condiciones de vida en ADX Florence son severas; los internos pasan prácticamente 24 horas al día en celdas solitarias, con un tiempo limitado para ejercicio y contacto con el exterior.
Criminales notables en ADX Florence
En ADX Florence también se encuentran otros criminales de alto perfil, como Joaquín “El Chapo” Guzmán y Francisco Javier Arellano Félix, del Cártel de Tijuana. La condena de García Luna lo convierte en el funcionario de más alto rango del gobierno mexicano en ser sentenciado en Estados Unidos. A pesar de que la Fiscalía solicitó cadena perpetua, sus abogados argumentaron que la pena no debería exceder los 20 años. Sin embargo, el juez Brian Cogan dictó una sentencia que refleja la gravedad de los delitos cometidos por el exsecretario.
La vida en ADX Florence: un confinamiento extremo
La vida en ADX Florence ha sido descrita como “peor que la pena de muerte” por exfuncionarios penitenciarios. Los internos, incluido “El Chapo”, viven en celdas de tres por dos metros y tienen acceso limitado a actividades recreativas. Solo pueden salir de sus celdas una hora al día para hacer ejercicio, y están sujetos a constantes conteos y supervisiones. La estructura de la prisión está diseñada para evitar cualquier intento de fuga, lo que la convierte en un lugar de reclusión extremadamente seguro para criminales de alta peligrosidad.