El queso amarillo, un clásico imprescindible en hamburguesas y sándwiches, es uno de los lácteos más consumidos en México. Sin embargo, pocos conocen realmente su composición. La Revista del Consumidor de PROFECO, en su edición de enero de 2025, detalla cómo identificar el queso americano genuino y las normas que regulan su correcto etiquetado.

Producción del queso americano auténtico según PROFECO

El queso americano original se fabrica a partir de mezclas de quesos madurados, como gouda y cheddar. El proceso inicia con la molienda de estos quesos para reducirlos a pequeños trozos. Luego, la mezcla pasa a una mezcladora donde se incorporan ingredientes como agua, sal, sales fundentes, estabilizantes, conservadores y colorantes, que pueden ser naturales o artificiales, siempre respetando la normativa nacional. Posteriormente, esta mezcla se calienta y agita hasta obtener una consistencia homogénea que se enfría para formar láminas. Finalmente, se corta y empaca para su venta, bajo la denominación de “queso procesado”.

Diferencias entre el queso americano auténtico y sus imitaciones

Aunque las imitaciones de queso americano suelen parecer idénticas en color y sabor, su composición es distinta. Estas versiones se fabrican con agua, almidón, grasas vegetales y caseinatos, que son derivados sintéticos de la proteína láctea, además de sales fundentes y otros aditivos para mejorar la textura y el sabor. La diferencia clave radica en que el queso auténtico utiliza exclusivamente grasas y proteínas de origen lácteo, mientras que las imitaciones contienen principalmente grasas vegetales, por lo que no pueden ser etiquetadas legalmente como “queso”.

Identificación de imitaciones de queso americano en el mercado

Desde abril de 2021, con la actualización de la norma NOM-051-SCFI/SSA1-2010, todas las imitaciones de queso deben llevar la palabra IMITACIÓN en letras mayúsculas, bien visibles y sobre fondo claro. Esta medida busca evitar confusiones y proteger al consumidor para que no crea que está comprando un queso auténtico cuando adquiere una imitación. Por ello, PROFECO y la Revista del Consumidor brindan estas orientaciones para promover un consumo responsable y consciente.

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