Ronald Johnson respalda la designación de cárteles como organizaciones terroristas
El embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, ha expresado su apoyo a la postura del senador Marco Rubio, quien sostiene que los cárteles de la droga deben ser considerados como organizaciones terroristas, en lugar de simples pandillas. Johnson argumenta que estos grupos criminales ejercen un control significativo sobre el territorio y causan un daño profundo a la sociedad, corrompiendo instituciones y sometiendo a comunidades enteras.
La amenaza de los cárteles en Latinoamérica
En una carta reciente, Johnson enfatizó que las operaciones de los cárteles en México y otros países de América Latina son una amenaza directa que “destruye vidas” y requiere una respuesta contundente. Para combatir esta problemática, el embajador ha instado a una colaboración más estrecha con el gobierno de Claudia Sheinbaum, con el objetivo de que sean los cárteles quienes sientan miedo ante la fuerza combinada de ambos países.
Un llamado a la cooperación entre Estados Unidos y México
Johnson subrayó que la lucha contra los cárteles no debe ser un esfuerzo unilateral de Estados Unidos. “Se trata de construir un frente conjunto e inquebrantable con México para defender a nuestros ciudadanos y desmantelar las redes de los cárteles”, afirmó. Esta colaboración se enfoca en abordar el tráfico de drogas y la inmigración ilegal, asegurando que las únicas personas que deban temer sean aquellos que lucran con el crimen.
Reacciones del gobierno mexicano ante la intervención militar
La postura de Johnson se produce en un contexto de creciente preocupación sobre la posible intervención militar de Estados Unidos en México. La presidenta Claudia Sheinbaum ha rechazado cualquier insinuación de invasión, asegurando que las directrices de Trump al Pentágono se aplican únicamente en territorio estadounidense. La Secretaría de Relaciones Exteriores también ha enfatizado que México no aceptará la participación de fuerzas militares extranjeras en su territorio, subrayando la necesidad de que cada país aborde sus propios problemas relacionados con el narcotráfico y la violencia.