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Ciudad de México.- Hoy se cumplen 19 años del trágico fallecimiento de Valentín Elizalde Valencia, el icónico cantante de música regional mexicana conocido cariñosamente como “El Gallo de Oro”. La madrugada del 25 de noviembre de 2006, la música de banda se vistió de luto cuando el artista fue emboscado tras una presentación en Reynosa, Tamaulipas.
Un impacto que trasciende la muerte
La noticia de su repentina muerte desató una ola de conmoción nacional que, paradójicamente, catapultó su música a niveles masivos nunca antes vistos. Las ventas de sus discos se dispararon en las semanas posteriores, y sus canciones, que ya eran populares, se convirtieron en himnos permanentes para una nueva generación de seguidores que no lo conoció en vida. Su estilo único, que mezclaba la picardía de los corridos con la dulzura de las baladas románticas, resonó con fuerza en todo el continente.
El fenómeno de “A Mis Enemigos”
Un aspecto crucial fue la controversia de “A Mis Enemigos”: el último corrido que interpretó en vida tomó una dimensión profética y se convirtió en uno de los más controversiales, solicitados y escuchados tras su partida, asegurando su lugar en la historia de la música. Este tema, junto con otros, consolidó su legado y mantuvo viva su memoria entre los fans.
Un legado musical eterno
Valentín Elizalde dejó una huella imborrable en el regional mexicano. Su discografía, aunque breve, está repleta de éxitos que definieron una época y que siguen siendo pilares del género. Temas como “Vete Ya”, “Lobo Domesticado”, “La Más Buscada”, “Te Quiero Así” y “Cómo Me Duele” son considerados clásicos atemporales que superaron la prueba del tiempo. Su estilo desenfadado y su innegable habilidad para conectar con el público han servido de inspiración para muchos artistas de la nueva ola del regional mexicano. Tras su fallecimiento, su familia, especialmente su hermano Francisco “El Gallo” Elizalde, ha continuado rindiendo homenaje a su legado, asegurando que su voz y su nombre sigan sonando con respeto en los escenarios.