Maty Huitrón: la icónica actriz y vedette de los años 50
Maty Huitrón, la icónica actriz y vedette de los años 50, se convirtió en musa de Nacho López para una inolvidable sesión de fotos en las calles de la Ciudad de México.
La sesión fotográfica que se convirtió en una obra icónica
En los albores de 1953, la revista Siempre estaba decidida a hacer historia con su primer número. Para lograrlo, recurrieron a una estrategia audaz: aprovechar la espectacular belleza de una joven vedette y actriz de tan solo 17 años, Maty Huitrón. La sesión fotográfica que siguió a esta decisión se convertiría en una obra icónica reconocida por la UNESCO.
Nacho López: el fotógrafo que capturó la esencia de Maty Huitrón
El encargado de capturar la esencia de la joven sería Nacho López, un fotógrafo en ascenso que se desmarcaba de las temáticas políticas y elitistas, optando por enfocarse en la gente común. Nacho López, cuyo nombre real era Ignacio López Bocanegra, es uno de los fotoperiodistas mexicanos más renombrados del siglo XX. Bajo la tutela de figuras legendarias como Manuel Álvarez Bravo y Alejandro Galindo, se convirtió en un innovador en el campo de la fotografía, destacándose por sus fotoensayos y experimentando con técnicas vanguardistas.
La sesión fotográfica en las calles de la Ciudad de México
En una mañana de enero, fotógrafo y actriz se encontraron en el Centro Histórico de la Ciudad de México para llevar a cabo la sesión fotográfica. Vestida con un ceñido atuendo que realzaba su figura, Maty Huitrón comenzó a caminar por la avenida Madero, atrayendo miradas lascivas y comentarios de los transeúntes. El fotógrafo capturó momentos íntimos sin que nadie se diera cuenta. Al final de la audaz caminata, la actriz increpó a Nacho, quien solo sonrió al ver que su trabajo había logrado su objetivo: inmortalizar a la Hathor mexicana en su lente, mostrando una mezcla de seriedad e incomodidad en su rostro.
El reconocimiento y legado perdurable
La sesión de seis fotografías fue publicada en el primer número de la revista Siempre, causando un regocijo generalizado entre los mexicanos de la época. La imagen no solo destacaba la belleza de la chica, sino que también reflejaba a la gente común que la observaba caminar por la calle. A pesar de las críticas que recibió, la mujer defendió la imagen, afirmando que esta sesión le brindó reconocimiento global sin necesidad de recurrir al desnudo o la hipersexualización. En 1957, la sesión fue reconocida por la UNESCO y exhibida en París y Munich. Además, Carlos Monsiváis la incluyó en la portada de su libro “A ustedes les consta”, una antología de crónicas sobre la Ciudad de México. En la actualidad, los negativos se encuentran resguardados en el Museo Nacional de Antropología, perpetuando la belleza y el legado de Maty Huitrón para las generaciones futuras.