Foto: México Social

Día con día las secuelas de lo que se está viviendo a causa del COVID-19 se hacen más notorias y alarmantes, los expertos en salud mental explican que es efecto a largo plazo de la pandemia y el tiempo de confinamiento, hablamos de los altos índices de problemas mentales que acarrean consecuencias como el suicidio. 

Desde el 2020 se han vivido pérdidas de millones de empleos, la modificación de estilos de vida que nos obliga a estar en un confinamiento, reducción del contacto interpersonal, la crisis económica que es más profunda de lo que imaginamos, la pérdida de un ser querido, y más. 

Estamos frente a un problema de dimensiones mundiales, si tenemos en cuenta la situación que cada persona pueda estar viviendo, todos estamos expuestos a padecer depresión y a que esta se convierta en una ideación que termine en un suicidio.

El sector de la población que más está mostrando los resultados negativos de todo este cúmulo de situaciones es el de los jóvenes de 15 años hasta el de los adultos de aproximadamente 33 años, ya que se han registrado 4 mil 60 casos de muertes por suicidio: 1,505 casos en personas de 16 a 25 años y 1,736 casos en gente de 25 y 22 años.

El año pasado se registraron 7 mil 896 suicidios, 22 diarios en promedio, de ellos 81.7% corresponden a hombres y 18.2% a mujeres, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), de los que se desprende que la tasa aumentó de 5.7 a 6.2 casos por cada 100 mil habitantes.

Algunas formas de suicidio que se registran con el mayor número de prácticas son: el ahorcamiento o sofocación con 6 mil 663 casos, las lesiones por armas de fuego con 531 casos, envenenamiento por exposición a sustancias nocivas con 403 casos y contacto traumático con arma de fuego con 97 casos.

SF

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